lunes, 22 de marzo de 2010

Introducción

¿Qué es un refrán? Los refranes son frases o dichos que contienen una enseñanza; son producto de la sabiduría o de la experiencia popular, y transmiten un modo de entender la vida:

· No hay peor ciego que el que no quiere ver.
· No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que los resista.
· Más triste que gallinero sin gallo.

La “verdad” de carácter universal que ponen de manifiesto los refranes es aplicable a todos los tiempos:

· El que mucho abarca, poco aprieta.
· Amor de lejos, amor de pendejos.
· Ni tan cerca que quema al santo, ni tan lejos que no lo alumbre.

En ocasiones, un refrán puede contradecir a otro:

· A quien madruga, Dios le ayuda. Pero...
· No por mucho madrugar, amanece más temprano.
Concebidos para transmitirse oralmente, su rima y ritmo los hace fáciles de retener en la memoria:

· Perro que late mono no sirve pa´ chiguirero, porque mirando pa´ rriba pierde los rastros del suelo.

Los refranes se transmiten de generación en generación sin apenas variaciones, si bien una misma idea puede ser expuesta, a veces, de dos o más maneras diferentes:

· Leer sin haber entendido, es tiempo perdido.
· Leer y no entender menosprecio es.

Las formas verbales más utilizadas en los refranes son el presente habitual (que indica repetición de acciones o procesos) y el infinitivo. Se prefiere la tercera persona verbal, que aporta una cierta impersonalidad, a la primera y la segunda, aunque a veces puedan aparecer estas dos primeras formas verbales.

El Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) define al refrán de la siguiente manera: Dicho agudo y sentencioso de uso común. La palabra refrán proviene del occitano Refrahn, que significa gentes de pueblo. La palabra refrán debe venir de Francia, porque la región de Occitania es una antigua región francesa.

El famoso escritor español don Miguel de Cervantes Saavedra, en su legendaria novela Don Quijote de la Mancha, nos proporciona una certera definición de refrán: “los refranes son sentencias breves, sacadas de la experiencia y especulación de nuestros antiguos ancianos”. Y en la misma obra literaria el escritor coloca en boca de Sancho Panza, uno sus protagonistas, la utilidad de los refranes: “cualquiera de los que has dicho, basta para entender tu pensamiento”. También le decía Don Quijote a su escudero que: "no hay refrán que no sea verdadero".

Los refranes son sentencias breves, habitualmente, de autor desconocido. No obstante, muchas frases literarias y bíblicas ha pasado a formar parte del refranero popular. La mayoría de los refranes son observaciones acuñadas por la experiencia colectiva a lo largo del tiempo, con temas que van desde la meteorología hasta el destino invariable y fatalista de existencia. Constituyen el bagaje cultural del pueblo en tiempos en los que la tradición oral pasaba la sabiduría popular de una generación a otra. Al proverbio también se le conoce por refrán, y es una afirmación concisa, de uso popular, por lo general, expresa las creencias y las ideas recibidas en la comunidad.

Pero hagamos una pregunta muy pertinente: ¿En qué consiste un refrán y qué lo diferencia del proverbio o la sentencia? A pesar de los numerosos estudios e investigaciones, no parece existir consenso en este espinoso asunto. La Real Academia tampoco es muy explícita. Por lo tanto los eruditos no han podido establecer diferencias que puedan ser consideradas definitivas entre estos tres conceptos.

Los proverbios tienen un carácter filosófico. Unos tienen autoría y otros no. Por sentencia se debe entender una frase breve, intelectual, de índole filosófica o moral, en la que un autor expresa su opinión respecto a algún asunto. Por último, el refrán se define como un dicho agudo y sentencioso de uso común, que refiere una enseñanza, un hecho de la experiencia o un pensamiento, conteniendo un componente simbólico o metafórico. El refrán tiene un origen común, es anónimo y el pueblo es quien lo crea, lo difunde, lo modifica, lo amplia e incluso lo olvida.

Es bueno preguntarse: ¿Para qué sirve un refrán? Es un método de enseñanza. Mediante los refranes se aprenden los comportamientos sociales, los conceptos morales, los recursos naturales y un sinfín de datos prácticos y útiles para la vida en común. Son enseñanzas prácticas porque están encaminadas a mostrarnos el mundo en su versión más genuina; el refranero es advertencia, consejo, aviso, descripción. En síntesis el refrán es resultado de la experiencia, por tanto tiene un valor práctico.

Los refranes en su estructura suele ser pareada y recurren tanto a la prosa y verso como a figuras literarias (antítesis, elipse o paralelismo) para facilitar su perpetuación oral.

Muchos refranes o proverbios han arraigado en el folclore y se han transmitido por vía oral.

Se denomina refranero a la colección de enunciados breves sentenciosos populares o popularizados. Tal repertorio constituye el compendio de la sabiduría de un pueblo. De ahí que habitualmente se diga el refranero popular. Los refraneros se suelen clasificar por zonas geográficas, lenguas o temáticas.

Es necesario señalar que los refranes trascienden a las fronteras locales, regionales, nacionales e internacionales, y hasta continentales. Muchos de los refranes que aparecen en libros se escuchan en otras regiones de Venezuela, pero también en otros países de América como Colombia, Chile, Costa Rica, El Salvador y Méjico; y en otros continentes, como en Europa, particularmente en España y Francia.

La paremia es un enunciado breve, sentencioso e ingenioso que transmite un mensaje instructivo, incitando a la reflexión intelectual y moral. Hay muchos tipos de paremias, como los adagios, aforismos, axiomas, proverbios, refranes, y wellerismos. El tipo más común es el refrán. El estudio de las paremias se denomina paremiología.
La paremiología es la ciencia que estudia los refranes, los proverbios y demás enunciados cuya intención es transmitir algún conocimiento tradicional basado en la experiencia. La paremiología comparada establece relaciones entre los refranes y demás enunciados sentenciosos de diferentes idiomas y culturas.

La paremiología aprovecha para extraer de los proverbios la información acumulada a través de cientos de años de historia. Esta información puede ser de muchos tipos: sociológica, gastronómica, meteorológica, histórica, literaria, zoológica, cinegética, toponímica, lingüística, lexicográfica, religiosa, agronómica. Con frecuencia un refrán nace como condensación de un cuento tradicional, y expresa las creencias y supersticiones populares con más fidelidad que otras formas literarias.